El término hebreo equivalente, bessorah, también comienza con un significado profano (noticia de victoria). Sin embargo, especialmente durante el exilio, el verbo basser adquiere una profunda connotación religiosa. Pasa a designar el anuncio de la salvación definitiva y la llegada inminente del reinado de Dios, como se expresa en Isaías: "Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias" (Is 52,7). Para Israel, solo existe una buena noticia: la intervención final de Dios.