Cada persona capta la realidad a través de sus propios lentes. La realidad, entonces, aparece ante nuestros ojos teñida con el color de esas lentes, que se han formado a lo largo de nuestra vida por las experiencias y el conocimiento que hemos asimilado. Utilizando esta metáfora, podemos decir que cada individuo, y cada época histórica, desarrolla su propia filosofía o "lente de color" para interpretar el mundo, las personas y las situaciones. Estudiar la historia del pensamiento filosófico es, en esencia, visitar una galería de estos lentes, comprendiendo las diversas formas en que la humanidad ha buscado dar sentido a la existencia.